miércoles, 7 de enero de 2015

El interés del olvido

La vida de un periodista no es como la de un tendero, ni como la de un fontanero. Ni siquiera como la de un abogado o la de un profesor. El periodista del siglo XXI vive su trabajo del mismo modo que la sociedad consume el producto que él trabaja. Sin pausa. Cualquier momento es bueno para que suceda algo y eso sea motivo de noticia. Da igual que tenga el día libre o esté enfermo, la noticia es lo primero. ¿Y si es el cumpleaños de su hija? Da igual. ¿Y si es la graduación de su hijo mayor? Da igual. ¿Y si es...? Qué da igual. Sea lo que sea será menos importante que aquello que de verdad le preocupa durante ese momento: la noticia, la actualidad.
Puede que esté o no en la redacción, quizás no necesitan que vaya ese día a trabajar, pero si es un tema importante el periodismo recorrerá sus venas. No levantará la mirada de su smartphone para estar lo mejor informado en todo momento, y encenderá la radio para escuchar las últimas noticias. Y si no lo hace sentirá nervios, impotencia por saber qué está pasando y cómo lo están contando.
Esa ajetreada vida pendiente de la actualidad puede llevar al periodista a sentirse angustiado por el exceso de información. La desmesurada ingesta de noticias conlleva a la desinformación y al tratamiento mediático pasajero sobre temas en los que quizás habría que hacer más hincapié y analizar de forma más exhaustiva.
El 14 de abril de 2014 militantes de la organización islamista Boko Haram disfrazados de soldados irrumpieron en la escuela de Chibok, en Borno (Nigeria), y se llevaron a 276 chicas. Tres meses más tarde aún quedaban 219 secuestradas. En noviembre, el diario español 20 Minutos citó un vídeo que recogió el diario nigeriano Premium Times, donde aparece Abubakar Shekau, líder de la secta radical, explicando que el tema de las niñas ya está olvidado porque "todas están casadas".
Más de 200 inocentes secuestradas desde abril no ha sido suficiente para que los medios de comunicación realizarán un mayor seguimiento del caso. Quizás fue porque Nigeria está lejos, lejos del interés occidental claro.
Con este ejemplo, donde se olvida una noticia de tal magnitud, es necesario plantearse si el periodista cumple con su responsabilidad social como periodista, o si solo se limita a contar la actualidad más inmediata e intentar perdurarla hasta que aparezca otro acontecimiento más llamativo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario